La iniciativa comenzó por parte de Juan Guillermo, espiritista, monje y el centro espirita que busca ayudar a vecinos de la comuna que no cuentan con los recursos para un plato de comida.

Por Kalisca Espinoza, estudiante de periodismo, UVM.

El pasado veinte y dos de noviembre se publicó vía redes sociales un comunicado de, Juan Guillermo, dando a conocer que daría almuerzos completamente gratis a personas en condiciones precarias o que no podían contar con un plato de comida.

 La iniciativa empezó plenamente en ayudar a un vecino en específico de Calle Brasil, pero con el pasar de los días varias personas fueron en busca de ayuda. “Partimos con este vecino y ese le dijo a otro, y este a otro, hasta que llegamos a un total de quince personas”, señaló Juan.

Juan, cocina solo, se levanta a eso de las seis de la mañana para comenzar a preparar todo. Cuenta con la ayuda de los llamados “duendes”, que se encargan netamente de repartir a diversos sectores los almuerzos, entre ellos se encuentra, el taxista, Nicolás Alliendes. “Hay una red, que se formó de la nada, pero me tiene muy contento y hacemos todo lo que se puede para que la gente coma”, manifestó el espiritista.

Hoy, la cantidad de almuerzo creció de manera considerada llegando a un total de setenta diarios, debido a las donaciones que han recibido los creadores del comedor. Donaciones que llegan de vecinos que participan del centro espirita, de vecino y amigos. La junta de vecinos ofreció fondos para cocinar, puesto que, Juan solo cuenta con ollas pequeñas para realizar la comida.

El centro espirita planea a futuro realizar un espacio físico para que las personas vayan a almorzar, formar una institución y formalizar de una vez el comedor solidario, ya que la urgencia de las personas no puede esperar.

“Todos merecen comer de manera digna, por eso cada persona que toca la puerta de mi casa, no le puedo decir que no, la gente necesita comer. Ver a esa gente sonreír cuando llegó a sus casas me da mucha felicidad”, concluyó Juan Guillermo.