Juan Leiva fue sepultado este viernes en La Troya:
Este día jueves pasadas las 17:00 horas fue entregado en dependencias del Servicio Médico Legal de San Felipe, el segundo cuerpo de las seis personas que fallecieron trágicamente en el incendio que afectó a un Hogar Protegido ubicado en calle Carlos Condell de San Felipe. Se trata de Juan Leiva, mayor de 60 años de edad.
SIN EXPLICACIONES
El cuerpo fue retirado por familiares encabezados por su hija Mariela Leiva, quien en conversación con nuestro medio señaló que «mi padre llevaba bastante tiempo ahí y fue algo chocante porque yo había estado el día viernes de la semana antes con él. Porque yo lo venía a ver y yo lo llamé ese día jueves (día del incendio), como a las 5 de la tarde para saber, porque siempre lo llamaba, entonces él me había pedido que le trajera fruta y después me llama mi hijo de Viña, porque él estaba estudiando, me dice que el hogar de su ‘Tata’ se estaba quemando y veo imágenes por Facebook y fue impactante. Después cuando yo vine a San Felipe y ver todo quemado y la incertidumbre de que ellos los dejaron solos, porque yo me siento sola, yo he tenido que andar buscando explicaciones en Fiscalía, al Servicio Médico. Lo último que tengo que agradecer a don Luis, el encargado del Hogar, que él me ha estado llamando y dando todo el apoyo, más no puedo decir del Hogar porque siempre estuvieron al cuidado de él, entonces lo demás que se investigue, debe haber responsables, esos responsables tienen que aparecer y nada más. Ojala que los demás que tienen que reconocer no los dejen solos, nos los dejen solos, porque yo sí tengo mi familia que me apoya, pero resulta que aquí hay Salud, hay autoridades que deberían estar apoyando, no necesariamente por una cámara o un micrófono, porque todos dicen ‘no, si estamos apoyando’ y cosas, a veces no es así. Porque a mí del Hospital Psiquiátrico, a mí no me han llamado, nunca me llamaron (…) Yo fui al hospital buscando ayuda para que me orientaran, porque yo pasé primero al hospital y después me vine al Hogar, y Carabineros me informa que de los seis que estaban ahí, uno podía haber sido mi papá, y tuve confirmación hasta el examen que nos hicimos, y gracias Dios fue más rápido, porque me decía uno o dos meses, entonces estar esperando a alguien que uno quiere, uno a dos meses en esas incertidumbre y no saber nada y sin ese apoyo que dicen ‘no, nosotros nos preocupamos de ellos’, y cosa que no se ve así, por lo menos yo no puedo decir lo mismo si a los otros familiares los están apoyando, si los están llamando, eso»
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– ¿O sea, está como sola en el fondo en este proceso por parte de las autoridades?
– Sí, por parte de las autoridades sí, porque no se justifica ni siquiera un llamado que le digan: ‘No, nosotros los vamos a llamar’, estuve todo el día viernes esperando hasta las 4 de la tarde y decidimos bajar acá, llegamos acá primero, y acá (SML) me dieron toda la información, las veces que llamaba me contestaban; si es que yo quería preguntar, me respondían, todo. Tratamos de agilizar lo más pronto posible para que me lo entreguen a él y ahora esperar que darle su última despedida, porque sé que igual nos vamos a encontrar y nos vamos a juntar.
– ¿Todo proceso es doloroso?
– Demasiado, demasiado angustiante, más que angustia porque no saber qué hacer y aún por decirlo así, no asumirlo. Porque yo mientras no sé, mientras quizás no lo tenga mi papá todavía está ahí, nos cuesta asumirlo, cuesta asumir algo que fue terrible.
– Y la forma en que murió.
– Terrible, algo si yo había hablado con él y pasan un par de horas y saber que está, estaba calcinado.
– ¿Completamente?
– Según lo que me dijeron.
– ¿Cómo lo reconocieron, por ADN?
– Solamente ADN, un examen de paternidad que se hizo, que eso fue el único reconocimiento que se podía hacer.
– Mariela, destacar que usted tenía contacto frecuente con él, su padre
– Sí.
– ¿Por qué, tenía alguna enfermedad mental, depresión?
– El diagnóstico exacto no lo recuerdo, pero sí era su mente.
– ¿Pero se podía desenvolver igual? porque la idea de los Hogares Protegidos es cómo vuelven a ser un poco autovalentes, realizar trámites
– A ver, mi papá era de los que prácticamente estaba a cargo de los que estaban. Porque él salía a darle sus remedios, los buscaba, iba a sus talleres, porque a la casa siempre me llevaba lo que hacía, jabones, velas cuando hacía un pan, entonces siempre buscaban cosas para que su mente estuviera ocupada en otras cosas.
– ¿Qué edad tenía él?
– Sesenta y cuatro años.
– ¿Qué espera de todo esto?
– Prácticamente que se haga justicia, porque no puede quedar algo así tan terrible.
– ¿Tienen preguntas ustedes?
– Es que yo no sé, yo lo más que sé es lo que saben ustedes, pero a lo más seguir investigando, yo tengo una hora con Fiscalía para preguntar. Porque yo voy a preguntar. Yo, demore lo que demore, a mí me tienen que dar una respuesta de por qué sucedió y quiénes fueron, y debido a qué, porque ellos no se merecían eso, no eran personas malas. A lo mejor mucha gente decía ‘no, si los fueron a tirar ahí’…no, todos tenían familias.
– Y en el caso suyo lo visitaba frecuentemente.
– Yo sí porque él iba a mi casa, hasta la pandemia, cuando se cerró todo dejó de ir, pero iba todos los meses, iba a ver a mi hijo, compartía con mi ‘tata’, con mi mamá, aunque estaban separados, pero siempre se le atendía, siempre pendiente de él.
– ¿Nunca abandonado?
– Nunca, como dicen que lo dejaron tirado, no, ellos nos estaban tirados. Porque ahí había gente que sí se preocupaba de ellos. A lo mejor que las familias, porque algunos eran de muy lejos, habían de lejos. Quizás yo era la que estaba más cerca, pero los demás no.
– ¿Alguna reflexión final?
– Eh nada, que aprovechemos los últimos cada minuto de estar con la familia del ser querido, porque nadie está libre de nada y nunca sabe y muchas gracias.
Indicar que sus funerales se realizaron este viernes en la tarde en el Parque El Almendral de La Troya.
Fuente: Eltrabajo.cl