Por Sebastián Iturrieta Alfaro Cientista Político con mención en relaciones internacionales Universidad Alberto Hurtado.

Sin duda, Chile y en especial Putaendo está envejeciendo cada vez más, esta realidad nos involucra en un escenario bastante incómodo cuando lo hablamos o lo planteamos, ya que es evidente que existe una preocupación política constante, pero que no se ha reflejado de forma tan directa, tanto en los servicios de salud cómo también en la práctica social que debería ser tomada en cuenta en nuestros gobiernos locales. 

En está ocasión nos tomaremos específicamente en tratar de entender la nueva dinámica y a la vez visibilizar problemáticas que tanto profesionales cómo usuarios tienen respecto al acceso  a servicios que presta el Estado a través de sus programas.

Es claro entender que desde ya hace un año que las condiciones de integración, prevención y acción del servicio de salud están limitadas y determinadas por las condiciones sanitarias y el Estado de excepción que rige en Chile, por lo que no se ha podido regularizar los tratamientos, cuidados, asistencias y visitas que las personas mayores deberían tener normal y periódicamente.

Uno de los programas que se implementa en la comuna Desarrolladas en conjunto al CESFAM que vela por la integridad y dignidad de las personas mayores, es el programa “Más Adultos Mayores Autovalentes” el cual se desarrolla con una lógica de intervención y prevención en salud, y es aplicado en actividades grupales de forma integral de todas sus necesidades tanto fisicas o psicologicas, ya cuenta con tres años de aplicación, en la que ya para el 2020 según la REM el programa ha tenido una cobertura del 73% de la población objetivo por lo uqe proyecta muy buenos números para futuro .

Esta intervención comunitaria  ha permitido hacer un diagnóstico sobre la calidad de vida de las personas mayores autovalentes, que a la vez permiten un espacio de socializar, compartir y también poner en práctica conocimientos integrales cómo historias, vivencias y relatos que permiten encontrar una identidad cultural del valle.

Una arista muy importante del programa es el trabajo que se está haciendo con personas mayores líderes, que han cumplido un rol fundamental para poder llegar a personas más aisladas, visibilizando e incorporando nuevas necesidades.

Lamentablemente la pandemia afectó directamente en este programa, bajando aproximadamente  más del 40% de participación de las personas Mayores, esto debido tanto a las recomendaciones sanitarias cómo también a la poca conectividad que se tiene con las personas mayores, muchos de ellos perteneciente a localidades aisladas de servicios de internet y muchas veces también aisladas de cobertura telefónica y en otros   muchos casos con limitado acceso a redes sociales o internet , lo que no permite una aplicación remota tanto de actividades cómo también de prevención en salud.

Si bien es un programa que funciona de forma íntegra, es también una necesidad constante desde el área de la salud, la falta de personal que ofrece el programa y a la vez de disciplinas que puedan ir integrando nuevas visiones y nuevos procesos o  técnicas específicas que colaboren en el mejoramiento y dignificación de la vida de las personas mayores.

Otro programa se desarrolla en conjunto al CESFAM de Putaendo, que busca poder cubrir las necesidades de muchas personas mayores en condición de dependencia permanente  afectando principalmente de cuidadores.

 “Programa de atención domiciliaria a usuarios y usuarias con dependencia severa”, este programa a diferencia del anterior, este no tiene una baja de participación o asistencia, ya que son cuestiones vitales por lo que su cobertura se sigue manteniendo, donde las visitas domiciliarias se convierten en el principal y casi único acceso a asistencia médica, por lo que se convierte en una necesidad primordial. Este programa ha generado una instancia de cuidado y a la vez de acompañamiento sobre todo para las y los cuidadores de estas personas mayores, donde en muchos casos por el poco apoyo estatal genera un círculo de pobreza y aislamiento social, muchas veces los cuidadores permanentes son, familiares cercanos e incluso otro adulto mayor se hacen cargo de forma permanente del usuario,lo que lleva en ocasiones al  llamado “síndrome del cuidador”.

 El síndrome del cuidador es un trastorno que afecta a las personas que realizan el rol de cuidador principal y único de alguna persona mayor dependiente. Este trastorno se caracteriza por el agotamiento tanto físico como psicológico de la persona ya que el rol de cuidador exige enfrentarse a situaciones a las que muchas veces no están preparados,  y también son difíciles y fuera de lo común. Los cuidadores deben adaptarse y velar por el bien de la persona mayor que esté a su cargo lo que genera en el cuidador un desgaste emocional, consumiendo su energía y tiempo personal. Se considera estrés continuo.

El perfil común de los cuidadores la mayoría de las veces es un familiar directo del afectado (pareja/madre/hijos) con voluntad que trate de compaginar sus actividades al ritmo de la persona que esté cuidando y de las responsabilidades que conlleva esto. Conforme el tiempo el cuidador va teniendo una gran carga y responsabilidad completa acerca de la vida del afectado y junto con esto pierde poco a poco la independencia, abandonando tiempos libres, de ocio y proyecto vital.

Se pueden hacer ciertas recomendaciones para evitar el síndrome del cuidador, la más importante es aceptar que existe un problema. Para que esto no suceda es fundamental no ser el único cuidador, sino repartir labores con otro cuidador para así alivianar la carga entre más personas e informar a los demás familiares sobre los avances y las dificultades que vayan apareciendo para así hacer partícipe a más personas acerca del cuidado de la persona. Intentar facilitar la autonomía al máximo que se pueda con la persona que tenga a su cuidado, aunque esto tarde más tiempo.

Por lo que ver la realidad de las personas mayores, se hace cada vez más necesario e integral, donde nunca han sido solo estas personas las afectadas sino toda una red de acompañamiento que necesita una asistencia de calidad, las constantes limitaciones sobre todo de presupuesto para invertir en sumar nuevos profesionales  jóvenes de la comuna se hace más necesario, integrar nuevas y más disciplinas de la salud para así conseguir un bienestar una dignidad conforme a los estándares internacionales y a la vez proponer nuevas alternativas o nuevos programas que puedan ser implementados con nuestras personas mayores y sus cuidadores.