Por Mirna Humeres Grenett, Asistente Social, Administradora Municipio Putaendo.

Putaendo en el concierto provincial y regional destaca por ser el primer pueblo libre de Chile, capital patrimonial del Aconcagua, sin embargo, también destaca por las altas cifras de violencia intrafamiliar.

De acuerdo, a datos del Centro de estudios y análisis del delito, en su informe delictual de la comuna del año 2020, nos señalan que los principales delitos que debemos priorizar para ser abordados, tanto desde el área de la prevención, como desde su persecución, son en primer lugar la violencia intrafamiliar, las lesiones y el abuso sexual.

En concreto, la tasa de Violencia intrafamiliar, esto es números de casos en 100.000 habitantes, en Putaendo el año 2020 es de 1003 personas, la comuna que le sigue es Santa María con 745, mientras que la provincia es de  702.

¿Qué ocurre entonces, cuando a veces se considera normales situaciones y actos que son contrarios a la dignidad de las personas, tanto en el trabajo como en la comunidad en general? Ocurre que la violencia se ha invisibilizado y si esto sucede  en nuestra comuna, también ocurre en las instituciones públicas, no siendo el Municipio una excepción.

En este contexto, una de las prioridades de la nueva administración, ha sido generar estrategias para enfrentar las situaciones de violencia al interior de nuestro municipio y servicios traspasados (salud y educación) y ponernos a disposición de la red existente en la temática de violencia para contribuir a su erradicación.

En las primeras semanas creamos una mesa de trabajo participativa, para elaborar un protocolo de prevención y actuación frente a situaciones de maltrato laboral, acoso laboral y sexual. Ya existe un primer borrador y se espera que en el mes de noviembre sea aprobado por el alcalde y concejo municipal, agradecemos a quienes han sido parte de este proceso.

Adicionalmente, en el marco del Plan de Seguridad Comunal, con el compromiso de quienes integran la mesa, como de profesionales del municipio, se está avanzando en visibilizar las distintas formas de violencia presentes en la comuna, como un primer paso de identificar sus causas y proyectar un trabajo colaborativo, cuya prioridad sea contribuir a las prácticas de buen trato, que debe ser la forma de convivir entre todos y todas para fortalecer estrategias comunitarias de prevención y formas de reaccionar frente a este tipo de situaciones.

En consecuencia, toda la comunidad debe  reflexionar sobre nuestras formas de actuar día a día y comprometerse a construir una comuna que no tolere acciones que degraden la dignidad de cada uno/a de nosotros/as.