Esta prestación, que antes sólo se desarrollaba en los establecimientos de mayor complejidad, cumplió seis meses en el Hospital San Antonio, con gran satisfacción de los usuarios, quienes ahora no deben desplazarse a San Felipe para ser atendidos.

Rafael García ha vivido gran parte de su vida en Putaendo. Desde ahí, debía desplazarse periódicamente hasta el Hospital San Camilo de San Felipe para los controles y recibir los medicamentos de su tratamiento anticoagulante oral (TACO), lo que significaba una jornada de alrededor de seis horas.

Eso, hasta hace seis meses. Hoy, gracias a la implementación de este programa en el Hospital San Antonio, Rafael, que vive a dos cuadras del establecimiento, no demora más de 30 minutos en ser atendido, recibir las indicaciones de acuerdo a su tratamiento, recibir los medicamentos y luego volver a su casa para realizar sus actividades.

“Esto es muy bueno para nosotros, no tener que ir a San Felipe y atendernos acá, donde nos tratan muy bien, nos dicen todo lo que tenemos que hacer y además nos explican bien, con mucha paciencia”, dice luego de asistir al control con el equipo del recinto asistencial.

Después de estos seis meses, son 55 las personas que hoy reciben esta prestación en Putaendo. “Tratamos de explicar en términos simples a las personas, con sistemas sencillos y fáciles, enfatizando especialmente en la educación. Hemos encontrado usuarios muy agradecidos por lo expedito que ha resultado el funcionamiento en el hospital”, destacó la Dra. Lissette Olguín, quien está a cargo del Policlínico.

De este modo, los objetivos principales de la implementación de esta estrategia se han cumplido, centrándose  en mejorar la atención de los usuarios en control con tratamiento anticoagulante oral, acercar la atención de especialidad a los hospitales de la familia y la comunidad y mejorar el acceso de la atención de los usuarios según territorialidad.