Como todos los Domingos publicamos una crónica hecha llegar a nuestro medio por, por Christian Rodrigo Nuñez La Rosa, Cronista y recopilador de Historias. para Putaendo Informa.

EL IMPACTANTE CASO DE UN SECUESTRO POR PARTE DE UN OVNI A UN CABO DEL EJERCITO EN NUESTRO PAÍS, LAS DUDAS AÚN EXISTEN.

La vida extraterrestre es una de las disyuntivas que siempre ha dividido al hombre, entre los escépticos que niegan cualquier posibilidad de vida en otros planetas y los que asegurar que es imposible que seamos los únicos seres en el infinito universo.

En el año 1977 en nuestro país se vivió uno de los casos que causo conmoción incluso a nivel Internacional. El denominado caso del cabo Valdés es un incidente conocido como del tercer tipo, lo cual significa contacto directo con extraterrestres o como en este caso abducción o secuestro.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 25 de abril del año 1977 en el norte de nuestro país, mas precisamente en la zona de pampa Lluscuma en la actual región de Arica y Parinacota, a solo 5 kilómetros de la localidad de Putre.

Los hechos acontecieron a las 3:45 de la madrugada cuando una patrulla perteneciente al regimiento Huamachuco, integrada por los soldados: Humberto Rojas Bell, Iván Robles Riveros, Germán Riquelme Valle, Raúl Salinas, Pedro Rosales, Juan Reyes, y Julio E. Rojas Suárez, al mando del cabo Armando Valdés tras compartir al calor de una fogata vieron una luz que descendía y se posaba entre las colinas, a unos 500 metros. El cabo como líder se internó en la luminosidad y habría desaparecido. Según los testimonios regresó 15 minutos después y se desvaneció. Cuando recuperó la conciencia dijo: “Ustedes no saben quiénes somos ni de dónde venimos, pero les aseguro que pronto volveremos”, tras lo cual volvió a desmayarse. Sus compañeros señalaron que, tras la experiencia, su rostro mostraba una barba de varios días, aunque Valdés supuestamente se había afeitado un momento antes de su desaparición. Además, su reloj digital se había parado y el marcador de la fecha señalaba cinco días más tarde, como si para Valdés hubiera transcurrido una semana en vez de unos minutos.

El Cabo Valdés fue entrevistado posteriormente, en la cual niega la versión en la que él se habría ido a orinar en momentos de la aparición de la luz, y ratifica su desaparición y su amnesia durante el momento de su supuesta abducción.

El día 24 de abril se inició para los conscriptos pasadas las cinco de la mañana. Todos como siempre se asearon y prepararon sus utensilios para la larga jornada que les aguardaba. A esta hora se produce un hecho clave, que es cuando Armando Valdés se rasura. El propio conscripto Claudio Salinas, reconoce haber visto a Valdés haciéndolo.

A las 8 horas, todos los hombres salieron del destacamento rumbo a Pampa Lluscuma. Iniciaban en ese momento un servicio rutinario que se convertiría en una experiencia que cambiaría sus vidas.

El servicio de esta patrulla era de 24 horas, por lo que los conscriptos debían llevar consigo una mochila con víveres y las respectivas mantas de campaña.

Al llegar los hombres al lugar comenzaron a montar el campamento. La labor era bastante fácil porque, aunque el Ejército en su momento dijo que los conscriptos se encontraban patrullando la zona, estos estaban apostados en la zona. Para que se entienda mejor se encontraban de punto fijo.

Ellos fueron obligados al principio a decir que estaban de paso. Esto debido a que la zona era considerada estratégica. Todos los caballos allí apostados podrían ser utilizados en cualquier instante por los destacamentos del Ejército en caso de cualquier conflicto limítrofe, que como hemos señalado era bastante delicado. Si uno revisa los primeros informes entregados por los protagonistas se habla de ovejas y no de caballos. Ello debido a que los países vecinos no debían saber de su existencia.

Para comprender la experiencia vivida por esta patrulla de Ejército, es vital el testimonio grabado por el profesor y corresponsal del diario “La Estrella de Arica”, Pedro Araneda. Dicha cinta magnetofónica, si aún existe, es sin duda una de las pruebas más interesantes y contundentes del caso. Ello debido a que el testimonio de todos los integrantes de la patrulla fue grabado sólo horas después de ocurrido el suceso. No hubo tiempo de analizar, ni adornar, ni preparar la historia.

Rescatamos aquí los pasajes más interesantes de los minutos más impactantes de la experiencia vivida el 25 de abril de 1977:

“Estamos impresionados. Si hubiésemos sabido qué era a los que nos enfrentábamos, no habríamos tenido temor. Estamos preparados para cualquier contingencia relacionada con nuestra profesión”

“Pero eso no tenía explicación. Era una gran luz que avanzaba sobre nosotros, para luego retirarse”

CABO VALDÉS

“Nosotros cuando vimos esto nos agrupamos y nos colocamos en posición de combate, hombro con hombro y dijimos: nadie se mueva. Si nos pasa algo que nos pase a todos”.

SOLDADOS

“En una oportunidad la gran luz se nos acercó bastante. Mi cabo se plantó delante de nosotros y gritó: ¡Acérquense e identifíquense! Pero no hubo respuesta de nadie desde la luz”.

SOLDADO

“Después mi cabo nos ordenó que sacáramos las mantas… y vi que se alejó al extremo de la pirca. Yo creí que iba a hacer alguna necesidad física. Pero cuando pasaron cinco minutos, más o menos y no venía, lo fuimos a buscar y había desaparecido”.

“Siete hombres. Todos vimos lo mismo juntos. Yo entonces me perdí. Según ellos me llamaron. Me buscaron, luego aparecí y me desmayé. Según dicen estuve con espasmos. Yo no sé. Yo no recuerdo nada”.

“La voz que tenía siempre él, pero un poco más apresurada, alterada. Y cuando perdió el conocimiento y volvió a reincorporarse, nos miraba, así como que no nos conociera y daba vueltas la cabeza para atrás y decía: la luz…la luz”.

CABO VALDÉS

“Para mí fue algo increíble. En quince minutos que estuve desaparecido la barba me creció como si tuviese cinco días”.

El reloj: “Se había detenido a las 4:30 de la madrugada. Justo a la hora que mis hombres me vieron reaparecer junto a ellos…cuando lo examinamos nos dimos cuenta que el calendario había avanzado en ese rato, quince minutos, el tiempo correspondiente a cinco días…del 25 de había adelantado, al 30 de abril”.

A mediados del 2000, un rumor comenzó a sonar fuerte en el ambiente ufológico, al menos en los que estaban más informados de este caso. Valdés se sometió a una serie de hipnosis regresivas. Este rumor indicaba que estas experiencias las había realizado en Argentina, de la mano de un profesional de mucho prestigio. Se dijo también que el médico tratante no sabía que se trataba de un abducido. Valdés habría recordado con lujo de detalles cada uno de los momentos vividos en esos quince minutos. Él aseguraba, según esta hipnosis, que había estado al interior de una nave en la que unos seres le habrían mostrado una serie de pantallas en la que se veían una serie de imágenes del futuro de la Tierra. Además, le habrían enseñado una serie de materias. Según esta versión fueron cinco los días que Valdés estuvo al interior de dicha nave.

Otro aspecto que llamó la atención fue que, en uno de los capítulos, los misteriosos seres le habrían señalado que Dios no existía. Recordemos que Valdés es evangélico, por lo dicha situación le habría causado un gran dolor.

Lo más probable es que el Ejército de Chile jamás reconozca haber manejado el caso Valdés.

Si fue por proteger información estratégica o por no demostrar su desconocimiento frente a la experiencia vivida por Valdés, quizás nunca lo sepamos.

Lo que sí podemos tener claro, es que la historia vivida por Valdés y sus hombres es real. No podemos asegurar que se haya tratado de un secuestro por parte de seres extraterrestres, pero sí podemos dejar abierta la mente a esa posibilidad.

Nos vemos la próxima semana con otra interesante historia.