Por Sebastian Iturrieta Alfaro, Cientista Politico

Poder Hablar de Agua, tierra y dignidad hoy se ha vuelto necesariamente repetitivo, donde hemos sido testigos de las diferentes problemáticas que han surgido en la comuna y que de una u otra forma se han invisibilizado,  creando un nuevo ideario o nuevo imaginario de los problemas que puedan haber en Putaendo.

Hablar del agua, es hablar directamente del uso y abuso que se ha hecho por largos años por parte de grupos económicos y  familias que han hecho de este recurso su vida y su gran capital. Pero si bien existen múltiples variables que podemos identificar y podemos concordar, por ejemplo el gran problema que existe con la minera, o los monocultivos,  en esta ocasión me permitiré considerar el agua ya no cómo un recurso (ligado netamente a lo económico) sino un término mucho más comunitario y territorial cómo lo es el “bien común” que vendría a quitarle toda esa carga económica que representa para algunos el agua.

¿ Porque se habla de “bien común”?, por el simple hecho de que el agua, debe ser para todos y todas, asegurar el agua potable para toda la comunidad y a la vez, representar los ya invisibilizados regantes y familias que se han visto menoscabada en esta lucha por el agua, donde quien no tiene derecho de aprovechamiento o derecho sobre alguna acción del embalse claramente queda fuera o a desmedro de las sobras o buena voluntad que pueda existir de algún vecino o vecina, así perpetuando  un círculo de pobreza hídrica, que se puede ver reflejada en la clara reducción de flora y fauna del valle y no solo de la cordillera sino de la gran parte de la ruralidad de la comuna. Donde vecinos y vecinas deben hacer uso de agua potable para regar sus jardines.

Hablar de tierra, es hablar nuevamente de un recurso económico que parece ser un privilegio solo para algunos, en esta ocasión, la tierra y la dignidad la podemos mirar o admirar desde una perspectiva mucho más simple y que para algunos hasta el dia de hoy es imposible, cómo lo es la vivienda propia, que ha muchos hace falta, el hacinamiento y allegamiento representa un porcentaje importante de la población flotante de la comuna sobre todo en la zona urbana de la Putaendo, a la vez, el arriendo o subarriendo viene  a endeudar aún más a las familias más vulnerables del valle, la ruralidad a la vez no permite que cambie mucho este sistema, lamentablemente el acceso al trabajo está determinado a pocas entidades públicas, y casi nula en la actividad privada que permite que trabajadores de la comuna puedan soñar por ejemplo con la vivienda, es por eso que deben esperar subsidios, pertenecer por años a comités, que muchas veces presenta problemas tanto interno cómo externos, lo que nos lleva cómo sociedad a romantizar el esfuerzo y sobre generar expectativas que permite el acceso a la vivienda, que debe ser un derecho  y no privilegio, es por esto que necesariamente las políticas públicas y la agenda local deben mirar estas problemáticas y dar soluciones para el mejoramiento y a la vez dignificación de los pobladores de la Putaendo.

La dignidad se hará costumbre, en función de la organización y territorialidad que podamos desarrollar en nuestra comuna, es por eso que fortalecer las organizaciones es parte de reencontrar nuestra dignidad.